Podemos ofrecerle el tratamiento adecuado para cada superficie.
Granallado, pulido, abrillantado, abujardado o fresado de cualquier tipo de suelo, ya sea hormigón, asfalto, cerámico...
El proceso del granallado es el paso siguiente en intensidad al chorreado, limpia y da textura dejando un acabado rugoso, entre sus aplicaciones podemos destacar la texturización de superficies resbaladizas consiguiendo así franjas o terrenos antideslizantes.
El pulido además de recuperar el brillo consiste en rebajar un poco el suelo consiguiendo así recuperar también la suavidad del suelo, este tratamiento disminuye un poco el grosor del mismo por lo que no se aplica con frecuencia sobre una misma superficie aunque si es muy aconsejable hacerlo una vez en suelos antiguos i desgastados.
El abrillantado es una técnica ideal para recuperar el brillo inicial del suelo, al ser un tratamiento más simple y menos agresivo que el pulido se puede realizar con más frecuencia ya que no afecta al grosor ni a la estructura del suelo.
El abujardado nos permite trabajar sobre todo tipo de pavimentos de hormigón, asfalto, mármol, piedra etc. Deja un a acabado rugoso y homogéneo y entre otras aplicaciones sirve para borrar marcas viales.